En una calle de Cefalu, Sicilia, hay un antiguo lavadero publico.
Ya no se escucha el chapoteo del agua, ni las voces de las mujeres haciendo la colada.
Ahora, solo los turistas se asoman, curiosos a este rincon del pasado.
Y la ventana, muda, los contempla.
sábado, 4 de abril de 2009
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